La avaricia no paga
Martes, 17 de noviembre de 2015.Conciencia Diaria KAren Berg
Una vez alguien me preguntó: “Si es cierto que en este universo hay un
sistema de causa y efecto, ¿cuál es el pago por la envidia y la
avaricia?”.
Esta es una buena pregunta porque, con seguridad, cada uno de nosotros
pasa por tiempos en los que se estanca en estos estados negativos. Y la
respuesta es simple, el pago por estos sentimientos son los sentimientos
mismos.
Por ejemplo, digamos que somos envidiosos. El “castigo” es la misma
envidia porque por culpa de nuestra envidia nunca estamos satisfechos en
esta vida. Cuando somos envidiosos, no importa lo que tengamos, aunque
sea muchísimo, siempre habrá alguien que tenga algo que queremos, y de
esa manera no somos capaces de apreciar lo que nos rodea.
¿Qué ocurre cuando somos avaros? En ese estado nos volvemos prisioneros
de nuestra búsqueda de riquezas y no logramos apreciar nuestra vida tal
cual es. Nuestra avaricia se convierte en nuestra prisión. Y nuestra
prisión es nuestro castigo. Cuando somos avaros no vivimos felices
porque siempre estamos preocupados por “¿quién me hablará?”, “¿quién
dirá esto sobre mí?” o “¿quién estará a mí lado?”.
Sin embargo, una vez que entendamos que hay una estructura detrás del
universo y que todo lo que ocurre en nuestra vida está allí para
enseñarnos o para llevarnos a un lugar para completar nuestra
corrección, entonces no caeremos en estos estados de envidia y avaricia
porque entenderemos que Dios nos puso en este marco, en este cuerpo y en
este entorno para ser la mejor persona que podamos y finalizar nuestra
corrección.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comparte tu comentario , Gracias ¡¡¡