viernes, 25 de marzo de 2016

La Conciencia Crística . Por Ivonne Richards

La Conciencia Crística es un estado de conciencia que nos unifica con la energía y las enseñanzas de Jesús.
Su principal y fundamental mensaje fue que los seres humanos se comunicasen con Dios-Padre-Madre. Su insistencia era que la relación con Padre-Madre fuera continua, todos los días y en todo momento; nos dijo, una y otra vez, que viviéramos este estado de relación continua, permanente desde el interior y desde el alma de cada persona y que no pensáramos que teníamos que ir a un templo a dar grandes ofrendas para poder hacerlo.
En nuestro deseo de vivir una vida de gran significado, de prosperidad y bondad, es imperativo que regresemos, en voluntariamente y en libertad, a Padre-Madre, a la fuente de todo nuestro poder: para ser, para crear, para transformar.
Hoy, abra su corazón a Dios-Padre-Madre, sin importar por lo que esté pasando, sin importar las viejas o las nuevas heridas, a pesar de poder estar resentido con Dios, a pesar de todo, a pesar de todo, a pesar de todo…abra su corazón.
Lo invito a que se una conmigo, y con todos los lectores de este blog, durante los siguientes siete días, para hacer esta oración con todo su corazón; así, crearemos una red de luz sostenida en la intención de aceptar y agradecer que es Él-Ella quien nos sostiene la vida y la hace posible:
Oración de Encuentro con Padre-Madre
Amado Padre-Madre, excelso Padre, Padre de todos los seres creados y nacidos, de todos los planos y todas las dimensiones y de todas las alturas, de tus hijos grandes y pequeños.
Gracias Padre por este día y por este encuentro, gracias por tu amor.
Gracias por sostenernos la vida. 
Amado Padre gracias por permitirnos estar ante ti.
Con todo el amor y la humildad de nuestro ser, pedimos tu presencia para que estando en Tu espíritu de luz nuestras vidas sean a para Tu luz y para Tu gloria.
Y que el encuentro que nos permites tener en esta hora sea para que demos los frutos, grandes y pequeños, para lo que nos enviaste a este reino. 
Te doy gracias Padre por cada uno de los que piden conmigo, y por quienes añoramos regresar a Ti.
Gracias Padre, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias. 
Pedimos tu bendición, y nos permitimos dirigirnos aquí a través de este momento, gracias Padre. Gracias.
Empiece a repetir, sólo en su mente:
Padre yo soy en ti
Padre yo soy en ti
Padre yo soy en ti.
Padre yo soy en ti.
Padre yo soy en ti.
Padre yo soy en ti.
Padre yo soy en ti.
Padre yo soy en ti.
Padre yo soy en ti.
Padre yo soy en ti.
Padre yo soy en ti.
Padre yo soy en ti.
Repita ahora en su mente y con todo su ser:
Padre es en mi tu luz.
Padre es en mi tu luz.
Padre es en mí tu luz.
Padre es en mi tu luz
Padre es en mí tu luz.
Padre es en mi su luz.
Padre es en mí tu luz.
Padre es en mí tu luz.
Padre es en mí tu luz.
Padre es en mi tu luz.
Padre es en mi tu luz.
Padre es en mi tú luz.
En el nombre de Jesús.

Amén.

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