
En la escena introductoria, Valjean, recientemente puesto en libertad bajo palabra y categorizado como un marginado de la sociedad, es acogido por monseñor Myriel, un generoso y hospitalario anfitrión sobre quien el narrador relata:
“El dolor, que reinaba por todas partes, era para él siempre ocasión de bondad inquebrantable”.
Valjean, temeroso, amargado y bastante desesperanzado con respecto a su vida, le roba plata al bondadoso monseñor antes de escaparse en medio de la noche. Rápidamente, la policía lo atrapa y lo lleva de vuelta a donde el monseñor para que regrese los bienes robados. Pero cuando la policía le dice al monseñor que habían encontrado la plata en el bolso de Valjean, él les dice que se la había regalado. Luego regaña a Valjean por no haberse llevado también los candelabros de plata.

A veces creemos que no hay manera de darle un giro a una situación. Ha pasado ya mucho tiempo, quizá hemos sufrido una injusticia o quizá sintamos que tenemos razón en aferrarnos a la ira y la amargura. A veces caemos en una ilusión de desesperanza y olvidamos que la Luz del Creador, que todo lo incluye, está con nosotros en cada una de nuestras circunstancias.
Pero esta historia muestra que en un instante, un simple acto bondadoso, de gracia, puede cambiarlo todo. Además, todos tenemos el poder de ser la fuerza sanadora de bondad para alguien más.
Esta semana, los estudiantes de los Centros de Kabbalah de todo el mundo se reunirán en las sucot para atraer esta energía de misericordia, bondad y amor para todas las naciones del mundo. Sucot es una abertura cósmica a través de la cual este amor fluirá hacia nosotros como un río que puede apagar el egoísmo y el dolor que arde en la humanidad.
Que
nuestros corazones estén abiertos para que podamos ser transformados por
esta energía, para que podamos proyectarla hacia el mundo y compartirla
con toda la humanidad en el año entrante.
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