Mira en tu interior y sana.Conciencia diaria.Karen Berg.
Domingo, 1 de noviembre de 2015
Cada uno de nosotros tiene una chispa del Creador en su interior: este es un concepto que solemos escuchar a menudo y que usualmente podemos aceptar fácilmente.
Lo que puede ser más difícil de aceptar es que, sin importar la manera en la que vemos a alguien, lo malvado que creemos que es, la cantidad de caos que decidimos que él o ella provocó en nuestra vida, ellos también tienen una chispa del Creador en su interior. No importa quién sea esa persona: un socio que no era muy bueno en los negocios, una pareja que no nos trataba muy bien, un amigo que pareció traicionarnos.
Tenemos dos maneras de lidiar con estas situaciones cuando tenemos un problema con alguien. Una opción es externalizar el problema: bloquear por completo a esa persona y hacer nuestro mayor esfuerzo para olvidar lo que ocurrió. La otra opción es entender que la otra persona también forma parte del Creador, y si nos hizo algún daño es porque en algún lugar y momento determinados, ya sea en esta reencarnación o en una pasada, creamos el espacio para que ocurriera este daño.
Lo que sea que hagamos en este mundo debemos abordarlo con un entendimiento de responsabilidad personal, que somos 100% responsables de todo lo que vivimos. Con este entendimiento podemos aprender a ver en nuestro interior y sanar, en lugar de ver en nuestro exterior para culpar y juzgar.
¿Esto significa que si, Dios no lo permita, alguien nos quita lo que hemos construido en toda nuestra vida, no debemos hacer algo al respecto? La respuesta es: por supuesto que no. Debemos actuar en este mundo físico. Pero la clave para que la acción que realizamos cuente como algo bueno y constructivo es la conciencia con la que la realizamos.
Cada uno de nosotros tiene una chispa del Creador en su interior: este es un concepto que solemos escuchar a menudo y que usualmente podemos aceptar fácilmente.
Lo que puede ser más difícil de aceptar es que, sin importar la manera en la que vemos a alguien, lo malvado que creemos que es, la cantidad de caos que decidimos que él o ella provocó en nuestra vida, ellos también tienen una chispa del Creador en su interior. No importa quién sea esa persona: un socio que no era muy bueno en los negocios, una pareja que no nos trataba muy bien, un amigo que pareció traicionarnos.
Tenemos dos maneras de lidiar con estas situaciones cuando tenemos un problema con alguien. Una opción es externalizar el problema: bloquear por completo a esa persona y hacer nuestro mayor esfuerzo para olvidar lo que ocurrió. La otra opción es entender que la otra persona también forma parte del Creador, y si nos hizo algún daño es porque en algún lugar y momento determinados, ya sea en esta reencarnación o en una pasada, creamos el espacio para que ocurriera este daño.
Lo que sea que hagamos en este mundo debemos abordarlo con un entendimiento de responsabilidad personal, que somos 100% responsables de todo lo que vivimos. Con este entendimiento podemos aprender a ver en nuestro interior y sanar, en lugar de ver en nuestro exterior para culpar y juzgar.
¿Esto significa que si, Dios no lo permita, alguien nos quita lo que hemos construido en toda nuestra vida, no debemos hacer algo al respecto? La respuesta es: por supuesto que no. Debemos actuar en este mundo físico. Pero la clave para que la acción que realizamos cuente como algo bueno y constructivo es la conciencia con la que la realizamos.
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