Lo
que llamamos ley del karma material es la ley que rige los efectos de
nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Por medio de ella,
interactuamos con toda la vida planetaria. Cuando evolucionamos lo
suficiente como para relacionarnos más directamente con la vida solar,
trascendemos la ley del karma material y comenzamos a estar bajo la ley
evolutiva superior. Al avanzar en la evolución, contactamos la vida
cósmica y comenzamos a estar bajo la ley del equilibrio.
Según
la ley del karma material, todos los seres interactúan continuamente en
el nivel mental, en el emocional y en el etérico-físico a través de los
pensamientos, sentimientos y acciones; los efectos de esa interacción
pueden ser negativos, positivos o neutros.
Para que nuestra acción sea positiva, armoniosa, debería inspirarla un nivel superior, más allá del mental.
Un
efecto no puede ser anulado, pero puede ser transformado. Cuando
advertimos que hemos producido algo sin querer o algo negativo, podemos
neutralizarlo generando lo opuesto. Por lo tanto, el karma no se borra,
pero puede equilibrarse.
Cuando
alguien adquiere cierto conocimiento interno que lo habilita a soportar
fuerzas extras, puede asumir el karma de otras personas para liberarlas
de lo que les impide caminar. Ese es el trabajo realizado por los
redentores de la humanidad. La humanidad terrestre ya no existiría si no
fuese por sus redentores.
Todo karma equilibrado contribuye a la liberación del ser, para que él viva en forma más amplia y no sólo bajo esa ley material.
El
destino básico de una encarnación se organiza antes de venir a este
mundo de acuerdo con lo que tengamos que recibir, tanto lo negativo como
lo positivo. Ese destino puede reorganizarse en el transcurso de la
propia existencia, según el desarrollo de la personalidad.
Necesitamos
aceptar nuestro destino básico tal como se presenta, pues fue
determinado por nuestras acciones de vidas anteriores. Sin dicha
aceptación no tenemos fuerzas para transformarlo.
La
transformación del destino básico debe hacerse con la inspiración de
los niveles internos, y no de las tendencias humanas. Aspirar a ella y
entregar su conducción a un núcleo superior del propio ser forma parte
del camino de la liberación kármica. No estamos solos en ese proceso:
hay Jerarquías Espirituales que ayudan a transmutar el karma.
Dentro
de un grupo, se pueden formar conjunciones que faciliten cambios en el
karma. Doce personas reunidas, por ejemplo, generan una conjunción que
favorece el camino evolutivo, debido a que ello aleja la influencia de
las fuerzas negativas. Agrupamientos de siete, de cinco personas y
otros, también tienen un valor específico ante la Ley del Karma y ante
la Ley Evolutiva Superior.
Los
grupos en los cuales participamos, pueden no estar constituidos en el
plano físico y existir sólo en los planos sutiles. Cuando aspiramos a la
transformación, nos reunimos internamente con seres que corresponden a
lo que estamos viviendo. Dichos grupos significan suma de posibilidades,
suma de potenciales.
Para
ingresar efectivamente en el camino de la liberación kármica es
importante no prometerle cosas a los demás. Las promesas crean débitos
kármicos, más o menos pesados, de acuerdo con la comprensión de quien
las recibe. En un grupo unido, inteligente, no hay promesas mutuas. Las
interacciones son conducidas y organizadas a partir de los planos
internos de la vida, a fin de cumplir un servicio al planeta y a la
humanidad.
La Ley del Karma Material puede representarse con un círculo. La Ley Evolutiva Superior, con una espiral ascendente.
Seres
de elevada consciencia organizan el retorno de los efectos de las
acciones de cada criatura de modo que no superen su capacidad potencial
de transformarlos.
A
medida que aspiramos a la unión con la Fuente Única de Vida y a no
permanecer en el círculo kármico, es posible reorganizar el karma
material.
Si
nos conectamos con la Fuente Única, nuestros actos ayudarán a
transformar el karma del mundo, el karma de la humanidad, el karma de
grupos y hasta el de los individuos.
Conectarnos
con la Fuente Única de Vida, sin planes ni expectativas, dejarnos tocar
por su impulso y su equilibrio, es un verdadero servicio. La base para
esto es la neutralidad, la no reacción, y al mismo tiempo aspirar a
ingresar en esa Fuente Única. Y, para fortalecernos en ese propósito,
pueden presentársenos muchas pruebas.
Angeles...........en amor y servicio
José Trigueirinho.
Charla realiza en Brasil en Octubre del 2002.
Charla realiza en Brasil en Octubre del 2002.
Tomado de Compartiendo Luz con Sol wordpress.com
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