Encontrar la
Luz en la oscuridad
Transformación
Personal
Por Karen Berg 2 de Noviembre de 2017
Viktor
Frankl dijo: “Cuando ya no podemos cambiar una situación, nos encontramos
ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”, y cuán verdadera es
esta frase. Sin embargo, el poder de cambiarnos a nosotros mismos no sólo
existe en esos momentos restrictivos en los que somos acorralados en
circunstancias extremas. Al aumentar nuestra conciencia para vivir la realidad
desde un punto de vista más espiritual, nos damos cuenta de que todo —lo bueno,
lo malo, los ascensos, los descensos y cada desafío que enfrentamos— se
presentan para que podamos avanzar y convertirnos en algo mejor de lo que somos
hoy. Somos puestos a prueba en nuestra vida porque a través de esos desafíos
revelamos quiénes somos; “mostramos de qué estamos hechos”, como dicen.
Esta idea
es algo que Avraham el Patriarca sabía muy bien. Avraham pasó por diez pruebas
distintas, pasó por lo que consideraríamos las situaciones más dolorosas y, aun
así, en ningún momento cayó en una conciencia de “víctima”. Pudo haber dicho
fácilmente: “Dios, ¿por qué me está pasando esto? De verdad, yo soy justo, no
me merezco esto… ¡Soy Avraham el Patriarca, por todos los cielos!”, pero, más
bien, está escrito en la porción de Jayéi Sará que Avraham estaba “entrado en
días”, es decir, cada mañana abría los ojos y le daba la bienvenida al día que
tenía por delante, lo hacía con la intención de enfrentar sus desafíos para
poder transformarlos en una realidad más positiva para él y para el mundo con
el poder de su amor y su certeza en la Fuerza de Luz de Dios. Nunca se atascó
en pensar que el “empaque” de la circunstancia externa era todo lo que había:
siempre despertó su poder interno para cambiarse a sí mismo y expandir la presencia
de su alma en el mundo. Vivió para encontrar la Luz en la oscuridad.
Con mucha
frecuencia, al enfrentar nuestros propios desafíos, pensamos: ¿Cómo puedo
escapar de esta situación? ¿Cómo puedo evitar a esta persona? ¿Cómo puedo
conseguir una manera de NO lidiar con esto? Hacemos eso o entramos en el
oscuro umbral de la duda de la existencia de la Luz en nuestra vida o de la
validez del camino espiritual que hemos recorrido, olvidando así todos los
milagros que ya hemos visto. No obstante, Avraham en esta porción nos recuerda
y nos motiva a buscar la ventana que se abre cuando todas las puertas se
cierran; a encontrar ese lugar interior en el que tenemos la fortaleza y la
certeza para aceptar nuestros desafíos, sabiendo que siempre hay una manera, un
camino para superar la situación, aunque no se parezca a aquello que nos
imaginamos que sería una solución perfecta.
A veces
el primer paso es tan simple como asumir una postura mental fortalecida de “De
acuerdo, este es el desafío ante mí. Sé que aquí hay Luz a pesar de la
oscuridad que estoy viviendo. ¿Cómo puedo enfrentar esto de manera positiva?”.
La
espiritualidad no es algo que ocurre de manera espontánea. Mientras tengamos
aliento en los pulmones, siempre habrá una especie de prueba de fuego. Es gracias
a la aceptación, la lucha, la certeza y la superación que revelamos y
desarrollamos nuestro poder interno.
Sin
importar el obstáculo que enfrentamos, el desafío espiritual sigue siendo el
mismo: debemos “entrar en nuestros días”, vivir cada momento con el fin de
encontrar la Luz que existe en la oscuridad. El primer paso, por supuesto, es
simplemente saber que la Luz está allí.
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