Cada año, en la época de la Luna Llena de Géminis, el amor de Dios, la esencia espiritual del fuego solar, alcanza su punto de expresión más elevado. Ello se consigue gracias al instrumento de la Jerarquía. La Jerarquía espiritual de la Tierra es el agregado de aquéllos de entre la humanidad que han triunfado sobre la materia, que han alcanzado la meta del dominio sobre sí mismos por el mismo camino que, actualmente, recorren otras personas. Han sufrido todas las experiencias, han sobrepasado cada dificultad y han triunfado. Aquí reside su derecho a servir, y la fuerza y realidad de su relación con tina humanidad que sigue todavía luchando. Ese gran grupo de almas ha sido siempre el custodio del principio de luz, de amor iluminado y siempre, a lo largo de los tiempos, centra su atención sobre la Humanidad cuando la influencia espiritual está en su punto más elevado. Se ha adentrado en la comprensión de la vida grupal planetaria, que incluye todas las etapas, desde ese diminuto sentido de la responsabilidad social del hombre o mujer que está dando los primeros pasos en el sendero de la madurez espiritual, hasta la inclusiva comprensión del mismo Cristo.
El Festival de la Luna
Llena de Géminis, o Festival del Cristo, es el tercero de los tres
principales Festivales espirituales. Va a continuación del de Pascua, o
Festival del Cristo, en Aries y del de Wesak, el Festival del Buda o de
Iluminación, en Tauro. Conocido bajo una gran variedad de nombres, este
Festival de Géminis es, esencialmente, el Festival del Cristo como
representante de la humanidad ante la presencia de Dios. Es el Festival de
la humanidad en búsqueda de la unificación y de la comprensión de su
propia divinidad. Debido a que el reino humano, como centro de distribución
de energías, está tan directamente involucrado con su propia divinidad,
se le conoce también como el Festival de la Buena Voluntad.
El Festival del Cristo
es un Festival vivo del espíritu de la humanidad aspirando hacia Dios,
buscando respuesta a la voluntad de Dios y dedicado a la expresión de las
correctas relaciones humanas. Fijado anualmente en relación con la Luna
Llena de Géminis, la luna queda totalmente fuera del camino recorrido por
las poderosas energías que salen del sol, el centro cardíaco simbólico
de este sistema solar. Durante dos mil años, en este Festival, el Cristo
ha representado a la humanidad y se ha erigido ante la Jerarquía
planetaria y ante los ojos de Shamballa como el
"Dios‑hombre", "el mayor en la gran familia
humana" sosteniendo una relación consciente con la divinidad, con la
totalidad mayor. Cada año, en esta época, repite el último sermón del
Buda ante la reunida Jerarquía. Este Festival, de profunda llamada
invocativa y de una aspiración básica hacia la unidad humana y
espiritual, representa el efecto en la conciencia humana del trabajo tanto
del Buda como del Cristo.
Las Fuerzas de
Reconstrucción están especialmente activas durante el Festival de Géminis.
Estas Fuerzas, relacionadas con el aspecto voluntad de la divinidad, son
efectivas sobre todo respecto a las naciones. El empleo que se hace de
estas energías impersonales depende de la cualidad y de la naturaleza de
la nación receptora, de su grado de iluminación real y de su capacidad
de amar. Ello reside tras la idea de la meditación grupal dentro de toda
la ola de esta energía espiritual. Actualmente, las naciones son la
expresión del egocentrismo colectivo de un pueblo y de su instinto de
supervivencia, real o imaginado. Estas energías pueden aumentar este
aspecto de la vida nacional o pueden aumentar la potencia de los objetivos
de unidad mundial, paz y progreso. Estas energías constructivas y
sintetizantes deberían tener el efecto de transformar la teoría de la
unidad en una experiencia practica, de manera que la palabra
"unidos" alcance su verdadera importancia y sentido para todas
las naciones.
Actualmente, en el seno
de la Asamblea General de las Naciones Unidas está generándose,
lentamente, una voluntad-de-unificación y de sintetizar inspirada por
estas energías. En un creciente reconocimiento, de la interrelación
existente en este planeta, las Naciones Unidas sostienen ante los
"ojos de los hombres" una visión del Plan para la humanidad.
La voluntad de
sintetizar y la voluntad al bien se están convirtiendo en influencias
crecientemente efectivas, a través de la meditación grupal e individual
durante este período anual de los Tres Festivales Principales. A
medida que aumenta la comprensión de la importancia de estos Festivales,
aumenta el trabajo de meditación realizado por todo el mundo. La meditación
planetaria, en el signo de Géminis, celebra la total victoria de la vida
sobre la forma y del espíritu sobre la materia. Simbólicamente, este
signo es el signo de los Gemelos: la luz de la personalidad y la luz del
alma. Mediante la estimulación de la energía del amor y la sabiduría,
la luz de la personalidad se oscurece gradualmente, mientras que la luz
del alma se hace más fuerte y brillante, indicando eventualmente una
victoria total de la humanidad sobre las formas a través de las cuales se
expresa.
La idea de la dualidad,
especialmente en los niveles mentales, queda resaltada cada año en Géminis.
Ello sucede en dos etapas: el empleo de la mente concreta como mediadora
en la personalidad, condicionando la vida de la personalidad, analizando y
distinguiendo entre el ser y el no-ser humano y enfatizando la conciencia
de "yo y tu", así como la de la personalidad. En segundo lugar,
la mente iluminada transmite los mensajes entre el alma y el cerebro,
estableciendo una correcta relación entre el ser inferior y el ser
superior, la personalidad y el alma. Hay un tercer aspecto que se
convierte, entonces, en un factor en la vida, la mente abstracta, que
relaciona alma y espíritu. La relación de personalidad y alma queda
reemplazada por la relación dual de alma y espíritu. Es el revelador del
aspecto vida.
La relación y síntesis
de las dualidades produce tensión, acción y reacción, y esa condición
de poderosa lucha y de dificultad tan característica de nuestra vida
planetaria, pero que produce eventualmente el despertar de la humanidad a
una plena conciencia planetaria. La meta de todo conflicto es la armonía
y ello queda enfatizado durante el Festival del Cristo mediante una
creciente percepción de la relación entre alma y personalidad, entre
mente y espíritu, entre lo material y lo espiritual. La potencia de esta
relación produce los cambios necesarios para la evolución de la
conciencia Crística en cualquier punto concreto del tiempo y del espacio,
y siempre es compatible con el requerimiento. Esta fuerza poderosa y
evocadora está disponible durante la meditación, como resultado del
alineamiento planetario y de la receptividad extraplanetaria, y puede ser
contactada y transmitida en cooperación con la Jerarquía espiritual.
Debido a este singular
alineamiento, este Festival del Cristo de precipitación y distribución
de energía se celebra también como Día Mundial de Invocación,
durante el cual numerosas personas utilizan la plegaria mundial la Gran
Invocación" constante y continuamente en numerosos idiomas y
dialectos. Esto establece un campo de fuerza invocativo y magnético que
dirige, literalmente, las energías de luz, amor y voluntad-al-bien
directamente a la conciencia de la humanidad, afectando a todos los
corazones sensibles y a todas las mentes abiertas con efectos planetarios.
Influyendo sobre las actitudes de mente y corazón en el mundo entero, esta Invocación es una poderosa nota clave meditativa que inspira una acción amorosa y constructiva
Guardemos unos momentos de silencio uniéndonos subjetivamente y focalizándonos en el amor vertido hacia toda la humanidad, durante este plenilunio de Géminis.
Digamos todos juntos la afirmación del Amor
En el centro de todo Amor, permanezco
Desde ese centro, yo el alma, surgiré
Desde ese centro yo el que sirve, trabajaré
Que el Amor del Ser Divino se derrame por todas partes,
En mi corazón, a través de mi grupo y al mundo entero
OM ”
(Texto de Lucis Trust , Ginebra 2015)
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