jueves, 23 de febrero de 2017

Por Gerrit Gielen Comprensión y Sanación de la Antigua Batalla entre Hombres y Mujeres Enero 14 de 2017. Parte2

Por Gerrit Gielen
Comprensión y Sanación de la Antigua Batalla entre Hombres y Mujeres
Enero 14 de 2017

La 1ª herida: La pérdida de la belleza
Vivir en un mismo lugar requiere agricultura intensiva y trabajo pesado: Trabajo de hombres. La natural urgencia de los hombres hacia la aventura, la cual ya era vista con sospechas, fue consecuentemente aún más reprimida; esa urgencia no va bien con el aburrido y pesado trabajo de arar y trillar.
Cambió la imagen de lo que era ser un buen hombre: Tenía que ser confiable en el trabajo pesado, así que no tenía mucho tiempo para pensar. Los hombres aventureros eran mirados como vagabundos e indigentes, un peligro para la comunidad; en nuestro tiempo aún hay muchas expresiones se refieren a esto: "Nadie se muere por trabajar duro"; "El hombre debe ganarse la vida con el sudor de su frente"; "El diablo encuentra trabajo para las manos ociosas".
Sin embargo, el deseo de aventura en los hombres es a final de cuentas el deseo de experimentar la belleza y las maravillas del Universo; al suprimir este deseo, surgió la primera herida de la energía varonil: La pérdida de la capacidad de apreciar la belleza. Los hombres aprendieron que disfrutar la belleza de la vida, seguir una aventura y explorar nuevas formas de vida, el impulso de crear, de descubrir; todas esas cualidades eran "malas" y debían ser suprimidas. Un "buen hombre" trabaja muy duro y no hace preguntas.
Aún vemos las consecuencias de esta manera de pensar; miremos las ciudades modernas diseñadas y construídas casi exclusivamente por hombres que trabajan duro; y notemos su carencia de color y belleza. Vemos en nuestro entorno solamente una energía varonil fugitiva que no puede descansar ni parece saber qué quiere.
Este desarrollo hizo que los hombres asumieran casi completamente la responsabilidad del suministro de alimentos, lo cual los hizo más importantes en la comunidad.

La 2ª herida: La pérdida del Amor
Por causa de la visión dual del Mundo de la casta de las Sacerdotisas, el Mundo externo se veía cada vez más peligroso; las comunidades se establecían en un lugar y necesitaban protectores. Esta tarea también fue de los hombres; los cazadores se convirtieron en guerreros. Sin embargo, a diferencia de un buen cazador, un guerrero no puede tener sentimientos; un soldado que mata a otro Ser Humano no debe tener sentimientos respecto a su víctima, no puede dejar entrar en su mente que aquel a quien estaba matando fue un bebé que tuvo una madre que lo pudo amar muchísimo y querer lo mejor para él; el guerrero no se puede poner a pensar: "Ahora he matado al bebé de esa madre. ¿Cómo la afectará esto? ¿Cómo se sentirá cuando se entere de que él ha muerto? ¿Cuántas lágrimas derramará?" Alguien que tenga empatía no puede ser un guerrero.
Un buen guerrero suprime la energía del corazón y actúa a partir de una visión muy dual del Mundo: Que el otro, el enemigo, es malo. "Mi oponente no es realmente un Ser Humano, así que lo puedo matar". Obviamente esta actitud produjo un incremento de la dualidad en el Mundo; cada vez había más luchas, más guerras y más fronteras. Así que los guerreros, hombres, se volvieron cada vez más importantes; unos hombres que habían perdido la conexión con su corazón.
Ésta es la 2ª herida de la energía varonil, la herida del corazón: La pérdida del Amor. Un hombre que cierra su capacidad de empatía, se siente solitario y perdido en un gran Universo vacío y hostil.

La 3ª herida: La pérdida de la sabiduría
El cambio y la renovación se consideraban sospechosos en las comunidades establecidas; el poder se volvió conservador; el poder iba de la mano con el temor al cambio y la carencia de flexibilidad. La espiritualidad natural basada en el Amor cambió cada vez más hacia una fe dualista basada en el temor, con todas clases de reglas sobre el bien y el mal. Cuando la espiritualidad está representada por una religión establecida, se necesitan dignatarios que puedan imponer las reglas, por la fuerza si es necesario; y esto elimina la innovación; esta imposición también era tarea de los hombres. La verdad ya no se consideraba una energía viva y amorosa que se despliega dinámicamente y siempre muestra nuevas facetas; la verdad se redujo a un conjunto de reglas impuestas por los hombres. En ese tiempo vemos el surgimiento de las religiones autoritarias en las cuales la verdad se establece de una vez por todas; y si no estabas de acuerdo, eras malo o pecador.
Por causa de que el mantenimiento de las reglas de una religión coincide frecuentemente con la promoción de esa religión, esta última también se convirtió cada vez más en una tarea de hombres… Ahora los hombres eran las autoridades de la espiritualidad… Esto fortaleció la tendencia de que los hombres fueran más importantes y más poderosos. Sin embargo, las religiones autoritarias tienen poco en común con la sabiduría y la verdad. Así nació la 3ª herida de la energía varonil: La pérdida de la sabiduría. La idea de que el cambio es malo y de que la verdad ha sido establecida de una vez por todas en un libro de reglas, aún hace sufrir muchísimo a la Humanidad.

La 4ª herida: La pérdida de la ternura en la sexualidad
Por causa de la creciente tensión entre los sexos, también la experiencia de la sexualidad estaba bajo presión; cada vez había menos lugar para el Amor y la ternura. Cuando bajo la dominación de las sacerdotisas los hombres eran vistos como inferiores, tener sexo con un hombre era visto como un mal necesario; así que las mujeres comenzaron a reprimir su energía sexual. El sexo en los hombres estaba cada vez más asociado con la expresión de la ira reprimida; mientras que al comienzo era una expresión de Amor por la mujer, entonces se convirtió en expresión de violencia. La ira reprimida y la lujuria comenzaron a coincidir: Frecuentemente las fantasías sexuales de los hombres eran violentas.
Así nació la 4ª herida en el área de la sexualidad; desde entonces, frecuentemente la sexualidad tiene más que ver con las emociones reprimidas que con el Amor entre hombres y mujeres.



El surgimiento del dominio varonil
Puesto que las sacerdotisas ya no proclamaban una espiritualidad viva, finalmente se volvieron innecesarias; las rígidas reglas de una religión dualista autoritaria podían funcionar sin el Amor y sin la intuición femeninos.
Debido a que gradualmente los hombres asumieron la responsabilidad del suministro de alimentos, de la protección de la comunidad y de la aplicación estricta de una espiritualidad "muerta", éstos ganaron preeminencia; la energía varonil se volvió dominante y continuó siéndolo durante largo tiempo.
Sin embargo, esta energía varonil dominante estaba herida: Había surgido un hombre que había perdido su sensibilidad ante la belleza, su corazón y su sabiduría. Las mujeres eran vistas como objetos sexuales inferiores y frecuentemente eran víctimas de retorcidos sentimientos sexuales surgidos de la violencia; las mujeres les recordaban a los hombres sus sentimientos, los cuales eran peligrosos y malos; así que las mujeres también eran malas. Puesto que la verdad estaba establecida en reglas y mandamientos, las habilidades intuitivas y espirituales naturales en las mujeres, eran vistas como malas y peligrosas. La terrible muerte de las brujas en la hoguera que aún tiene lugar en algunos lugares del Mundo, comenzó en aquellos días; cada vez las mujeres tenían menos derechos y eran más oprimidas. Eventualmente, solamente se consideraron adecuadas para tener y criar hijos; inclusive en la Edad Media muchos teólogos miraban a las mujeres como Seres sin Alma.


Se había perdido el paraíso; sobrevino un tiempo de guerras, crueldad, división y falsedad; un tiempo que produjo profundas heridas en la energía de las mujeres o energía femenil. Una Humanidad dividida internamente ya no era capaz de protegerse; la serpiente había logrado su meta: Los Seres Humanos ya no estaban conectados con la verdad viva y eran propensos a las ideas falsas; quien abraza una visión dual del Mundo, está asustado; y alguien asustado es fácil de manipular: Le inculcas que si no te escucha, será víctima de aquello a lo que teme.

Tradujo: Jairo Rodríguez R.
Consultoría Energética y Espiritual

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