El momento de toda una vida
Sábado, 29 de agosto de 2015.Conciencia Diaria Karen Berg
Un día en Israel, hace muchos años, el Rav y yo fuimos a jugar tenis, y
el Rav tiró la pelota fuera de la cancha. Una mujer iba pasando y el Rav
le pidió que por favor nos regresara la pelota. Ella respondió que
estaba muy apresurada, que no tenía tiempo y se fue.
Esta es una historia simple, pero me dejó pensando en algo. ¿Podrías
imaginar si ese pequeño acto bondadoso —regresarnos la pelota— era todo
lo que esa mujer tenía que hacer para ascender al siguiente nivel de su
vida?
Puede que haya o no haya sido el caso, pero el asunto es que podemos
vivir toda una vida por un momento único en el que se nos presenta la
posibilidad de elegir: ¿regresaríamos la pelota a la cancha o no?
Muy a menudo, nosotros también decimos: “Discúlpame, estoy muy ocupado.
Tengo tantas citas importantes que realmente no tengo tiempo para esto”.
Con mucha frecuencia no tenemos tiempo para hacer aquella llamada. No
tenemos tiempo para aquel abrazo. No tenemos tiempo para ese amor.
Lo que la mayoría de nosotros pasa por alto entre todas nuestras
responsabilidades y todas las “cosas importantes” de nuestra vida son
los pequeños detalles que verdaderamente pueden hacer la diferencia.
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