viernes, 16 de diciembre de 2016

Esenios parte 4

Los esenios curaban tanto las enfermedades físicas como morales, estudiaban escritos médicos que mostraban las virtudes ocultas de las plantas y los minerales.
Los esenios, se consideraban diferentes del resto de las demás culturas, por la importancia de su vida interna y sus conocimientos ocultos de la naturaleza, los cuales eran desconocidos por el resto de los hombres.
Realmente los esenios no estudiaban una sola religión, estudiaban todas ellas, para obtener de todas ellas los principios científicos contenidos en ellas.
Una vez finalizada la revuelta macabea (166-159 antes de Cristo), los esenios no compartieron el resultado final de la revuelta y marcharon al desierto, para preparar el camino al Señor, bajo las ordenes del Maestro de la Justicia.
Para pertenecer a la comunidad esenia, era necesario ser enseñado y aceptado, tras lo cual debía pasar dos años de prueba, antes de ingresar definitivamente en la comunidad, debiendo dedicar la vida al estudio de la Ley, tener humildad y disciplina.
Los esenios estaban obligados a no mentir, todos sus bienes pasaban a formar parte de la comunidad, repartiéndose los frutos del trabajo personal según las necesidades de cada esenio, apartando una parte para ayudar a los pobres, viudas, huérfanos, mujeres solteras mayores, desempleados, forasteros y esclavos fugitivos, los cuales eran ayudados sin necesidad de pertenecer a la comunidad, necesitaban ayuda.
En la comunidad esenia no eran aceptadas las mujeres, los hombres practicaban el celibato, aunque según Flavio Josefo, una parte de los esenios permitía el matrimonio y las normas de Qumrán (valle del desierto de Judea, en Cisjordania), permiten casarse, pero bajo la condición de la monogamia (debiendo contraer matrimonio a la edad de 20 años).
El Maestro de Justicia, según los manuscritos del Mar Muerto, hacia el año 150 antes de Cristo, se opuso al Sumo Sacerdote (Jonatán Macabeo, hermano de Judas Iscariote), acusándolo de haber abandonado la fidelidad a Dios, marchando el Maestro de Justicia y sus seguidores a Qumrán, lugar al cual llamarían Damasco.
La comunidad esenia del Qumrán se autoalimentaba de la agricultura, creyéndose que eran vegetarianos, aunque en los rollos de Qumrán no hay nada que afirme esto.
Algunas especulaciones, relacionan a Juan Bautista y Jesús de Nazaret con los esenios, incluso Ernest Renán (escritor, filólogo, filósofo e historiador francés), afirma que el esenismo triunfante, fue el germen del cristianismo.

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