LOS SECRETOS DE LA ORACIÓN Y LA SANACIÓN, según los Esenios
Tomado del Libro El Efecto Isaias de Gregg Braden
Podemos buscar en las tradiciones precristianas de los antiguos esenios
algunos de los datos menos distorsionados de nuestras olvidadas tecnologías.
Quizá la mejor forma de llegar a comprender la elocuencia de esta sabiduría
se encuentre en el modelo esenio de oración y de sanación, que empieza dando
por hecho algo que es donde las terapias modernas terminan. El principio
fundamental de la sanación esenia es que ya estamos sanados. En cada momento
de nuestro tiempo en este mundo estamos tomando decisiones que afirman o
niegan la vida que existe en nuestros cuerpos. Los maestros esenios veían
las expresiones de enfermedad como poderosas ilusiones, que surgían de las
elecciones y acciones realizadas por una persona, en lugar de contemplar las
«causas» externas.
PRINCIPIO 1. YA ESTAMOS SANADOS
Explicación La clave para comprender este principio es la misma que nos
permite elegir nuevos resultados para nuestra situación. La comprensión de
que ya estamos sanados surge de nuestra visión del mundo como un conjunto de
posibles resultados y de nuestra habilidad para elegir qué resultado
queremos experimentar. El reconocimiento de nuestro papel como fuerza activa
en la creación, capaz de atraer nuevos resultados a nuestra vida mientras
nos desprendemos de los que ya nos han servido, es inherente a esta fe.
Nuestro cuerpo es el mecanismo de respuesta interactiva, que nos refleja
la cualidad que hemos elegido para los siguientes aspectos: pensamiento,
sentimiento, emoción, respiración, nutrientes, movimiento y respeto por la
vida. En el ejemplo del tumor que desaparecía (capítulo IV), en lugar de
imponer la voluntad de curar el cáncer, los médicos eligieron sentir, pensar
y exteriorizar una situación donde el tumor nunca había existido. Al
hacerlo, atrajeron un nuevo desenlace, la capa superpuesta de una
posibilidad cuántica que reflejaba las creencias del momento. En dos minutos
y cuarenta segundos la nueva creencia reemplazó a la antigua. Los
antepasados conocían el poder de esta tecnología como método de oración, que
trascendía cualquier principio religioso, místico o científico.
Implicaciones Para aceptar el principio de que ya estamos curados, se nos
invita a concebir la posibilidad de que hay muchos resultados para una
situación en concreto. El acto de elegir cosas nuevas en nuestra vida es la
tecnología que nos permite seleccionar otras posibilidades. Desde la
perspectiva que define la oración como una cualidad del sentimiento, esta
también se convierte en un lenguaje para ajustar las elecciones de salud y
relaciones que afirman la vida. El principio de que ya estamos curados nos
recuerda que cada vez que pedimos ser sanados en una situación, existe la
posibilidad de que nuestra súplica ya haya sido respondida en otra
situación.
Teniendo en cuenta esta posibilidad, cada vez que nos diagnostican un
estado de mala salud o una enfermedad que pone en peligro nuestra vida, se
nos está mostrando sólo uno de los múltiples resultados posibles para ese
momento. El diagnóstico de una condición no es necesariamente acertado ni
fallido. Al no permitir otras posibilidades, sencillamente es incompleto. En
ese mismo momento, también ha de existir otro resultado en que la mala
salud, la enfermedad o esa condición no estén presentes. Ya existen todas
las posibilidades. Cada resultado es real. Según este principio, la
diferencia entre diversos resultados es una cuestión de perspectiva nuestra.
Aplicado a nuestras vidas En cada momento, elegimos cosas que afirman o
niegan la vida en nuestro cuerpo. Consciente o inconscientemente, elegimos
la cualidad de cada uno de estos seis parámetros: pensamiento, sentimiento,
emoción, respiración, nutriente y movimiento. Hemos de preguntamos si
aportamos la cualidad más alta que somos
capaces de producir, para cada uno de ellos. En caso de que descubramos
las condiciones en nuestro cuerpo que queramos cambiar, la cualidad de la
salud es la señal para tener en cuenta uno de los parámetros de la vida o
una combinación de los seis.
Al aplicar nuestro método de oración olvidado al principio de que ya
estamos curados, la oración se convierte en una aclaración de la(s)
condición(es) que elegimos representar en el mundo, en lugar de ser una
súplica para un cambio en nuestra condición actual. Sentir y vivir con el
conocimiento de que ya existen otras condiciones nos sintoniza con el fruto
de nuestra nueva elección.
PRINCIPIO 2. TODOS SOMOS UNO
Explicación Las cifras del censo mundial indican que somos aproximadamente
seis mil millones de personas en el planeta. Este principio nos recuerda que
cada persona es una expresión única e individualizada de una sola conciencia
unificada. Dentro de esta unidad, las opciones y acciones de cada persona
afectan a todas las demás en algún grado. Implicación Las implicaciones de
este principio son muy extensas y, al mismo tiempo, de una tremenda
importancia. En el sentido más amplio, nuestro papel dentro de una
conciencia unificada significa que no pueden haber acciones aisladas, que no
existe el «ellos» y el «nosotros». Ya no podemos contemplar las condiciones
de nuestro mundo como «sus problemas» y «nuestros problemas».
En un campo de conciencia unificada, cada elección que hacemos y cada acto
que realizamos en cada momento, día tras día, ha de afectar a todas las
demás personas de este mundo. Algunas acciones producen un mayor efecto que
otras. Sin embargo, el efecto sigue presente. -Cada vez que elegimos una
nueva forma de enfrentarnos a los retos de la vida, nuestra solución
contribuye a la diversidad de la voluntad humana que asegura nuestra
supervivencia. Cuando uno de nosotros se aventura en una nueva solución
creativa para los aparentemente pequeños retos de nuestra vida individual,
nos convertimos en un puente para la siguiente persona que se encuentra ante
el mismo reto, y para la siguiente, y así sucesivamente. Cada vez que uno de
nosotros se enfrenta a la condición a la que otros ya se han enfrentado en
el pasado, tiene más opciones a las que recurrir de nuestra respuesta
colectiva. Relativamente pocas personas pueden crear posibilidades que se
conviertan en opciones para todos. En este
mundo de conciencia unificada están implícitas las consecuencias de
nuestras acciones. Cada vez que herimos a los demás con nuestras palabras o
acciones, en realidad nos estamos hiriendo a nosotros mismos. Cada vez que
quitamos la vida a alguien, nos hemos quitado una parte de nuestra propia
vida. Los propios pensamientos que nos hacen herir a otro limitan nuestra
habilidad para expresar la voluntad de la creación a través de nosotros
mismos. Al mismo tiempo, cada vez que amamos a otra persona, nos amamos a
nosotros mismos. Cada vez que dedicamos un tiempo a otra persona, intentamos
entenderla, nos ponemos al alcance de los demás, hemos hecho cada una de
estas cosas para nosotros mismos. Cuando desaprobamos las acciones,
elecciones o creencias de los demás, a través de ello somos testigos de
aquellas partes de nosotros mismos que necesitan mayor sanación. Aplicación
Cuando otras personas realizan acciones que puede que consideremos de forma
negativa, se nos invita a que reconozcamos
su papel en la unidad como una parte de nosotros que ha elegido una vía
distinta. Sin tener que condonar, consentir o incluso aceptar las acciones
de otras personas, se nos dice que bendigamos compasivamente la acción como
una posibilidad más y que prosigamos con nuestra nueva elección. La clave de
nuestra unidad es la influencia para transformar nuestro mundo. El poder de
nuestra unidad permite que relativamente pocas personas puedan influir en la
calidad de vida para toda una población.
PRINCIPIO 3. ESTAMOS EN RESONANCIA, «EN SINTONÍA» CON NUESTRO MUNDO
Explicación Somos parte de todo lo que percibimos. Al igual que grupos de
átomos, moléculas y compuestos, estamos hechos justamente de los mismos
elementos que nuestro mundo, nada más y nada menos. Este principio, base de
muchas creencias antiguas y de los indígenas, nos invita a recordar que
mediante hilos invisibles y cuerdas inconmensu-rables, formamos parte de
toda expresión de vida. En un mundo de semejante resonancia, cualquier roca,
árbol, montaña, río y océano forma parte de nosotros. Sea lo que fuere lo
que les suceda a los materiales de nuestro mundo, lo percibimos con nuestro
cuerpo.
Los materiales que nos rodean en nuestra vida cotidiana reflejan la
cualidad que hemos elegido en nuestra vida. Nuestros hogares, coches,
animales domésticos y nuestra Tierra, todos sin excepción, nos reflejan, en
cada momento, la cualidad, las implicaciones y las consecuencias de nuestras
decisiones. Implicación Mientras aprendemos a reconocer qué es lo que nos
están diciendo las condiciones del mundo exterior, se nos muestran
posibilidades cargadas de fuerza para crear un cambio en nuestro mundo
mediante los cambios en nuestra vida. Los investigadores han documentado
cambios en la Tierra que están en relación directa con los cambios en la
conciencia humana. Sensores colocados en la tierra alrededor de una persona
que experimentaba desde una ira extrema hasta el súmmum de la compasión, han
detectado el cambio en la frecuencia biológica. ¿Cuál es el efecto exterior
de que muchas personas, quizá comunidades enteras o ciudades, compartan
emociones comunes de ira o compasión? ¿Es
posible que sanar las emociones dentro del pequeño mundo de nuestros
cuerpos tenga efectos sobre el mundo que nos rodea, en cosas como los
patrones climáticos y la actividad sísmica? Aplicación En cada momento de la
vida estamos relacionándonos con los elementos de nuestro mundo. A través de
nuestras amistades, romances, hogares, vehículos y las circunstancias de la
vida, se nos ofrecen poderosas revelaciones para comprender nuestro sistema
de creencias, juicios e intenciones. A medida que cambiamos nuestras
creencias y hallamos nuevas formas de expresión, este principio afirma que
el mundo que nos rodea refleja nuestras decisiones. Los sistemas turbulentos
se serenan en presencia de la paz. Las elecciones que afirman la vida dentro
de nuestros cuerpos crean condiciones en nuestro mundo que reflejan dichas
decisiones. Quizás esto sea una explicación de la antigua sugerencia de que,
para sanar nuestro mundo, hemos de empezar por crear las condiciones que nos
sanarán a nosotros.
PRINCIPIO 4. LA TECNOLOGÍA DE LA ORACIÓN NOSFACILITA EL ACCESO DIRECTO A
NUESTRO CUERPO, A LOS DEMÁS Y A LAS FUERZAS CREATIVAS DE NUESTRO MUNDO
Explicación Mediante nuestra tecnología interna de la oración entramos en
comunión con las fuerzas invisibles de nuestro mundo. Siempre hemos tenido
la habilidad de acceder a estas fuerzas y utilizarlas para determinar la
cualidad que rige nuestra vida y nuestro mundo. Implicación Las experiencias
del mundo exterior reflejan las elecciones que hemos hecho en cada momento,
en cada respiración. Unas veces somos conscientes de ellas, otras no.
Investigaciones recientes han demostrado que nuestras emociones y
sentimientos influyen directamente en la expresión de nuestro ADN. 13 ¡Otros
estudios indican que nuestro ADN también influye en el comportamiento de los
átomos y moléculas de nuestro mundo exterior! 14 Hemos presenciado la
respuesta del tejido humano para cualidades específicas del sentimiento,
como en la «curación» de lesiones y tumores en cuestión de segundos. Se ha
demostrado el vínculo, aunque las implicaciones sobrepasan el marco de la
ciencia moderna. Nuestra elección de
reconocer la relación es muy personal, y nos invita una vez más a «pensar
pensamientos de ángeles y actuar como actúan los ángeles».' Aplicación La
oración puede que sea la fuerza más poderosa de la creación. A cada uno se
nos ha dado un lenguaje silencioso que nos permite participar en el
resultado de los acontecimientos y de los retos de nuestra vida. Orar juntos
es una oportunidad para com-partir los frutos de nuestro mundo. Las antiguas
tradiciones y los científicos modernos insinúan que la oración es la
sofisticada tecnología que nos permite reconocer las posibilidades de
futuros resultados y elegir cuál queremos experimentar. Cuando nos
convertimos en las condiciones que ele-gimos experimentar en el mundo,
atraemos el resultado que refleja nuestra elección. Con ello, las guerras,
las enfermedades y el sufrimiento ya no «suceden» sencillamente; sino que se
nos ha mostrado el mecanismo por el que suceden. Al mismo tiempo, también
tenemos el poder de volver a elegir.
¡Qué irónico resulta que los descubrimientos de la tecnología del siglo
xx, principalmente producto de la defensa y de su aplicación militar, hayan
conducido a las revelaciones que nos dirigen hacia la poderosa y sencilla
ciencia de la oración! La base está ahora en su lugar. Los datos se han
medido y los experimentos se han llevado a cabo. Hemos probado, al menos
bajo ciertas condiciones, que el pensamiento y la emoción producen el
sentimiento, y que el sentimiento produce patrones vibratorios que afectan a
nuestro mundo. Cuando cambiamos la cualidad de nuestro sentimiento,
cambiamos el patrón de vibración, modificando así los patrones del mundo
exterior. La cuestión ahora es, ¿cómo y en qué medida afectan nuestros
patrones de sentimiento al mundo que nos rodea? Si podemos hallar un vínculo
entre la fuerza invisible del sentimiento humano y el efecto de nuestros
sentimientos en el mundo que nos rodea, habremos llegado a cerrar el
círculo. Ese vínculo dará nueva credibilidad a las
tradiciones antiguas y a las habilidades que los místicos y los yoguis
han demostrado con los años. Quizás el trabajo de Vladimir Poponin pueda
ofrecernos algunas de las primeras pruebas que confirman una relación
directa entre la materia y el ADN humano.
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