Por Gerrit Gielen
Comprensión y Sanación de la Antigua Batalla entre Hombres y Mujeres
Enero 14 de 2017
Influencias extraterrestres y el
surgimiento de Atlántida
Las personas que desprecian lo
femenino son vulnerables; anhelan tener guía hacia lo superior, pero
al mismo tiempo rechazan la solución natural que ofrece la energía
femenina: Confiar en su intuición y en su conocimiento interno.
Entonces encuentran una solución falsa: Proclaman que los poderes
del Mundo externo son "superiores", pero entonces son
completamente vulnerables a la manipulación.
En el pasado, como consecuencia de
esta vulnerabilidad la Humanidad se convirtió en juguete de todas
clases de fuerzas galácticas. Los Humanos que habían perdido la
conexión con la femenina interna, eran fácilmente cautivados por
los que parecían milagros y por el poder de civilizaciones
técnicamente avanzadas; pronto los representantes de estas
civilizaciones fueron vistos como dioses. Los Humanos fueron
manipulados de todas las maneras posibles; y también genéticamente.
Una cantidad de historias sobre viejos dioses, como los famosos
dioses griegos, con todos sus errores y todas sus crueldades humanas,
provienen de este tiempo. En mi opinión, la respuesta a la pregunta:
"¿Los Dioses eran cosmonautas?" (Título del libro de
Erich von Däniken) Es: "Sí".
Este tiempo de
opresión terminó cuando avanzadas Almas extraterrestres incidieron
en la Tierra para ayudar a la Humanidad en su desarrollo; crearon una
especie de raza de superhombres conocidos como Atlantes o gente de
las estrellas. Tenían mayor talla Física que la gente de la Tierra
y grandes capacidades intelectuales; su 3er Ojo también era muy
desarrollado. Su objetivo era doble: Liberar a la Humanidad y a la
Tierra de influencias extraterrestres indeseables y volver a poner a
la Humanidad en contacto con su espiritualidad natural; esto último
se lograría restaurando el equilibrio entre las energías varonil y
femenil.
Había comenzado la era Atlante: Un período en la historia de la Humanidad que duró cerca de 100.000 años. Durante este período hubo una clara distinción entre estos extraterrestres encarnados que se veían como los líderes iluminados de la Humanidad; y los más o menos inconscientes miembros de la Humanidad. La gente de las estrellas se encontró cara a cara con la gente de la Tierra.
Sin embargo, el nacimiento de
Atlántida tenía en sí las semillas de su caída. Con el objeto de
liberar a la Humanidad de las influencias extraterrestres, los
Atlantes tuvieron un gran dominio sobre la gente de la Tierra: Ellos
eran la clase gobernante y miraban a las personas de la Tierra como
sus subordinadas; esto no estaba de acuerdo con sus intenciones
espirituales, tener poder sobre la gente de la Tierra no estaba en
armonía con su propósito de liberar internamente a esa misma gente.
Realmente, la espiritualidad de la gente de las estrellas no era
nacida del corazón; tenía motivaciones de poder.
Cada vez más los Atlantes veían a
las personas de la Tierra como torpes criaturas adecuadas solamente
para el trabajo esclavo. Cada vez se consideraban más superiores y
abusaban más frecuentemente del poder de su 3er Ojo. Adicionalmente,
mientras que los Atlantes hombres y mujeres eran considerados
iguales, ése no era el caso para sus subordinados, la gente de la
Tierra; entre ellos eran los hombres quienes dominaban. Esto les
gustaba a los Atlantes porque los hombres estaban mejor adaptados
para seguir sus órdenes y para construír sus magníficas ciudades.
Los Atlantes tenían muy claro que mientras las mujeres estuvieran
reprimidas, ellos podrían conservar el control de la Humanidad y
hacer lo que quisieran.
El poder corrompió
a los Atlantes; comenzaron a disfrutar cada vez más de su poder, de
su éxito e invencibilidad aparentes; abusaban cada vez más de los
poderes de su 3er Ojo. Frecuentemente este Tercer Ojo es llamado
Agni, el chacra del fuego; y para anular este poder se necesitaba el
agua. Se ha escrito mucho sobre el hundimiento de Atlántida; pero el
motivo más profundo fue el auto-sacrificio. Los Atlantes más
evolucionados entendían que solamente podrían ayudar a la Humanidad
uniéndose a ella; y esto solamente podía lograrse con la
destrucción de Atlántida; solamente de esta manera podría
eliminarse la dualidad entre la gente de las estrellas y la gente de
la Tierra.
Recuerdo el siguiente episodio de una
vida anterior: "Yo estoy en un bello edificio, una maravillosa
torre blanca; tengo vista sobre una ciudad. Acabo de tener una pelea
con una mujer; ella ha estado conmigo por largo tiempo, pero ahora me
va a dejar para siempre; estoy triste por su partida. Ella quiere
vivir entre la gente de la Tierra para ayudar siendo una especie de
trabajadora humanitaria. El abismo entre nosotros los poderosos
Atlantes y la gente de la Tierra, es enorme; Yo los veo como una
forma de vida inferior. Cuando me conecto con esta mujer siento que
esencialmente ella es un Alma de la Tierra que nació entre los
Atlantes; y por eso es tan grande su deseo de ayudar a la gente de la
Tierra; también es un poco pequeña y su cabello rojo, lo cual es
inusual entre los Atlantes. Yo entro en un recinto donde hay un
poderoso símbolo dibujado en el centro del piso; si estás en el
centro de ese símbolo puedes abandonar tu cuerpo muy fácilmente y
de manera permanente.
Me doy cuenta de que lo que quiere
hacer la mujer es lo correcto; pero no funcionará, ella es una
excepción; mientras exista Atlántida la gente de la Tierra estará
subordinada, así ha sido durante milenios. El abismo es demasiado
grande, el poder demasiado adictivo, demasiado predominante.
Profundamente debajo de mí siento
las fuerzas que se revuelven en contra de Atlántida; me conecto con
esas fuerzas y digo: "Sí, seguid adelante. Yo siento que no soy
el único; muchos otros sienten que ya es suficiente, que las cosas
no pueden continuar así; el dolor de la gente de la Tierra y de la
Tierra misma es excesivo. En nosotros existe un deseo de cambio, el
anhelo de una nueva aventura; de una profundización de la vida".
Luego voy y me
paro en el centro del símbolo y abandono mi cuerpo sabiendo que
cuando vuelva a nacer Atlántida ya no existirá; no volveré a ser
un Atlante.
Así fue como los gobernantes
Atlantes se convirtieron en los que ahora llamamos Trabajadores de
Luz. Durante siglos serían perseguidos y oprimidos por la Humanidad,
mientras trataban de volver a poner a la Humanidad en contacto con la
Verdad Interna que nos llega a través de la energía femenina.
Después de la caída: La
maldición Atlante
La era de
Atlántida dejó una definida impronta en la Humanidad, relacionada
con cómo debería ser una sociedad: Que debería haber algún tipo
de clase superior de personas privilegiadas; y una clase de personas
sirvientes. Durante muchos siglos la Humanidad iba a ser gobernada
por la llamada 'nobleza', gente que creía que por causa de su
nacimiento estaba por encima de los demás y tenía derecho de
dominarlos. La nobleza surgió del recuerdo de las personas de la
Tierra sobre cómo se comportaban los Atlantes hacia ellas. Tan
pronto como se creaba una nación en cualquier parte, inmediatamente
surgía una clase aristocrática; el recuerdo inconsciente de
Atlántida era el causante de eso.
Como entre los Atlantes las mujeres
eran iguales a los hombres, a ellas se les permitía ser líderes de
la clase inferior de gente de la Tierra. Muchos milenios después, en
una época en la cual las mujeres eran consideradas inferiores, este
recuerdo Atlante permitió que las mujeres pudieran tener liderazgo
en los países, con la condición de que fueran de la nobleza. Por
ejemplo, en un país como Holanda era normalmente aceptado tener una
Reina en una época en la cual las mujeres aún no tenían derecho al
voto. El liderazgo de las mujeres era aceptado siempre y cuando
fueran de "sangre azul", una referencia al origen celestial
de los Atlantes quienes con base en su origen estaban por encima de
la gente ordinaria.
La unidad lograda por Atlántida, que
era mantenida artificialmente, también desapareció después de la
caída de Atlántida: Surgieron fronteras y naciones. Una y otra vez
la Humanidad trató de recrear Atlántida a partir de su energía
masculina; los grandes imperios de la antigüedad: Babilonia, Asiria,
Persia, el Imperio Romano, todos fueron intentos de recrear
Atlántida; y por causa de que cada uno de esos imperios trataba de
ser la Nueva Atlántida, había guerra casi continuamente.
Sin embargo, todos
los intentos de unificar a la Humanidad por medio de la guerra, están
condenados al fracaso; la unidad solamente puede surgir cuando
proviene del interior, no imponiéndola desde arriba. Esto es lo que
eventualmente entendieron los Atlantes y consecuentemente se
transformaron en Trabajadores de Luz. La maldición Atlante consiste
en que la Humanidad trata una y otra vez de volver a crear Atlántida.
El deseo de crear un imperio que imponga su voluntad, el deseo de
vivir en las magníficas ciudades de la antigüedad, el irrespeto
hacia la naturaleza, el gobierno de las clases superiores con "sangre
azul", todas son consecuencias del recuerdo de Atlántida.
Ahora son
precisamente los mismos Atlantes quienes quieren que las cosas sean
diferentes: Ellos son los Trabajadores de Luz de hoy. Estas Almas
recuerdan con exactitud que por el abuso del poder las cosas salieron
mal en el pasado; y quieren hacer su mejor esfuerzo para proteger de
desastres a la Humanidad. Afortunadamente, cada vez más personas
están comenzando a escuchar.
Tradujo:
Jairo Rodríguez R.
Consultoría
Energética y Espiritual
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