Viernes, 20 de marzo de 2015. Karen Berg
Un hombre justo y su amigo entran en un sitio espiritual, un sitio para
la oración. Sin embargo, mientras se acercan a la puerta principal, el
hombre justo dice: "No puedo entrar ahí".
"¿Por qué no?" pregunta el amigo confundido.
El hombre justo responde: "Está lleno. Está lleno de oraciones. Está lleno de lágrimas. Está lleno de deseo. La atmósfera está muy cargada. No puedo entrar ahí".
Ahora el hombre estaba realmente confundido. "Pero, ¿no se supone que eso deba estar ahí? Es decir, es un sitio para la oración. Debería estar lleno de oración, ¿no?
Pero el hombre justo dice gentilmente: "No, no se supone que deba estar tan lleno. Todas esas oraciones se suponía que debían ir hacia Arriba, todo ese deseo debería elevarse. Que no lo está me dice que hay una falta de amor en ese lugar, pues cuando hay afinidad entre las personas, donde hay una forma de unidad, ese es el lugar en el que las oraciones pueden elevarse de lo físico a lo espiritual. Donde no hay comunión, ni unidad, nuestras oraciones y la energía que generamos se queda estancada".
Cuando nos unimos los unos con los otros con amor y cuidado, podemos elevar esa energía dentro de nosotros que nos pertenece a nosotros y al mundo.
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